Y es que estos animales, se meten adentro de sus casas, trepan por los edificios, les quitan las bolsas que llevan mientras caminan por la calle. Incluso se llevan hasta los peluches de los niños.
“¡Nadie entiende lo que está pasando aquí! Esto es una pesadilla”, se queja una vecina, que aseguró que uno de los monos le robó a su hija.
“Ella está completamente traumatizada. Ni siquiera es seguro para salir de la casa. Y nadie hace nada al respecto”, advirtió.