JUBA.- Más de 200 civiles que escapaban de los combates en Sudán del Sur murieron ahogados al naufragar hoy su embarcación, el mismo día en que el gobierno de Juba y los insurgentes continuaban en Etiopía tratando de ponerse de acuerdo sobre un alto el fuego.
«Hay entre 200 y 300 personas ahogadas, incluyendo mujeres y niños. El barco estaba sobrecargado», indicó a Philip Aguer, un portavoz del ejército.
«Todos se ahogaron. Estaban huyendo de nuevos enfrentamientos en Malakal», la capital del estado petrolero del Alto Nilo, en el noreste del país, añadió.
Sin embargo, el político local Majok James aseguró que hay tres sobrevivientes. «La gente intentó agarrarse a los laterales del barco pero sólo dos de ellos y el capitán consiguieron llegar vivos a la orilla -dijo. Esta parte del Nilo es muy ancha y profunda y tiene una fuerte corriente».
Según el vocero, el accidente, uno de los peores de este tipo desde el comienzo de los combates, hace cuatro semanas, tuvo esta mañana Pero los medios locales señalaron que se produjo antes, durante la noche del domingo pasado.
Fuentes oficiales explicaron que el pánico se desató en Malakal ante rumores de que las fuerzas leales al líder reblede Riek Machar estaban a punto de atacar la ciudad.
En un intento por huir, cientos de personas se habrían subido a una embarcación que sólo tenía capacidad para 80.
Los combates que empezaron el 15 de diciembre, provocados por la rivalidad entre el presidente Salva Kiir y su ex vicepresidente, Machar, destituido en julio y ahora líder de los rebeldes, han causado ya 400.000 desplazados y más de 1000 muertos, según la ONU.
Kiir acusa a Machar y los suyos de haber intentado dar un golpe de Estado. Riek Machar lo niega y acusa al presidente de querer eliminar a sus rivales.
SIGUEN LOS COMBATES
En este contexto, los combates continuaban hoy en varios lugares del país. En Malakal, los rebeldes lanzaron un nuevo ataque para tratar de tomar la ciudad.
«Hay combates dentro y en los alrededores de Malakal», dijo el jefe de operaciones humanitarias de la ONU, Toby Lanzer, y señaló que el número de refugiados en la base de la ONU en la zona ha pasado de 10.000 a 19.000 personas.
El ejército indicó por su parte que hay intensos combates en el sur de Bor, la capital del estado de Jonglei (este), el centro de los enfrentamientos desde mediados de diciembre. El ejército intenta retomar el control de la ciudad, en manos de los rebeldes.
Ayer, el primer ministro japonés, Shinzo Abe, de visita en Etiopía, y su homólogo etíope Hailemariam Desalegn, pidieron a los beligerantes que acuerden rápidamente un alto el fuego.
Las conversaciones entre ambos bandos se reanudaron hoy después de haber sido interrumpidas ayer, cuando las delegaciones se negaron a reunirse en la discoteca del Hotel Sheraton, donde fueron relegadas para hacer lugar a la delegación nipona.
Se espera la llegada a Sudán del Sur de Ivan Simonovic, el subsecretario de la ONU para Derechos Humanos.