Siendo la joven estrella del Borussia Dortmund, un periodista alemán le preguntó a Mario Götze en el 2013: ¿está bien que se te considere como el Lionel Messi alemán?, a lo que el hábil jugador respondió: “No, yo preferiría que me consideren el Cristiano Ronaldo de mi país”.
No se sabe a ciencia cierta por qué Götze marca distancias con el argentino. Si a eso se le suma que su entrenador, Joachim Löw, le haya susurrado al oído en el descanso del suplementario: “tienes que demostrar que eres mejor que Messi” y que el falso 9 se haya inspirado para anotar semejante golazo; imprevisto e inesperado, pero mucho mejor y más importante que cualquiera que haya anotado Messi en todo el mundial, es que el alemán desea más reconocimiento.
Götze no olvida a los amigos. En plena celebración en el Maracaná, sacó una camiseta de ex compañero en Dortmund, Marco Reus, y la lució como signo de homenaje a quien cayera lesionado a poco del mundial y se perdiera semejante experiencia.
Así es el héroe alemán del momento que a sus 22 años tiene al mundo rendido a sus pies. Ha sido un cambio de cara en una temporada en la que no le había ido del todo bien. En Bayern no pudo ganarse el titularato absoluto con Pep Guardiola y solo en cinco ocasiones inició los partidos de la Champions League.
Tampoco en el mundial le estaba yendo bien; a pesar de que Alemania avanzaba a paso firme, sus actuaciones como delantero mentiroso eran irregulares. Löw, sin perderle la confianza, pero priorizando al equipo, decidió que la experiencia de Miroslav Klose debía imponerse en las fases de cuartos de final, semis y el gran partido contra Argentina.
Götze en Alemania mantiene una relación muy conocida con la modelo Ann-Kathrin Brömmel, con quien celebró el título en el Sheraton de Rio de Janeiro. Antes, en el césped del Maracaná, habían dejado una tierna imagen celebrando con las hijas de Jerome Boateng. Un grande que todavía tiene mucho más por brillar.