El cortejo fúnebre, saludado por miles de habitantes durante el trayecto desde el cercano aeropuerto de Mthatha, llegó a Qunu a las 15.56 hora local (13.56 GMT) escoltado por un numeroso convoy de las fuerzas de seguridad.
El baile y los cánticos de agradecimiento a Mandela cesaron de golpe para transformarse en vítores cuando el féretro, escoltado por efectivos motorizados de la Policía Militar, tanquetas del Ejército y dos helicópteros, pasó por delante de quienes esperaban a su héroe a la entrada de Qunu.
La furgoneta negra que llevaba al féretro de Mandela envuelto en una bandera sudafricana se dirigió después con todo el séquito a la casa del expresidente en la localidad.
Vecinos de Qunu y los pueblos de alrededor, así como visitantes llegados desde todos los puntos de Sudáfrica, agitaron banderas de Sudáfrica y del gobernante Congreso Nacional Africano (CNA) que lideró Mandela.
Una larga fila de vehículos civiles también escoltados por las fuerzas de seguridad cerraron el convoy en el que viajaban los restos del antiguo líder “antiapartheid”.
“Ha pasado demasiado rápido, casi no lo hemos podido ver, pero ya está descansando en casa”, dijo a Efe una señora que no quiso perderse el regreso de Mandela al pueblo de su infancia, donde el expresidente pidió ser enterrado.
Unos 4.000 personas, entre ellas una veintena de mandatarios internacionales y dignatarios como el Príncipe de Gales, asistirán este domingo en Qunu al funeral de Estado del ex presidente sudafricano.
Mandela falleció el 5 de diciembre a los 95 años rodeado de su familia en su casa de Johannesburgo, tras una larga convalecencia por problemas respiratorios.