Los planes de Amazon de repartir paquetes con aviones no tripulados han causado gran expectación, aunque muchos países trabajan ya en distintas iniciativas, tanto en el ámbito industrial como en centros de investigación, para desarrollar tecnologías que permitan a estos aparatos realizar todo tipo de tareas civiles; hasta hace unos años su uso se restringía al ámbito militar.
Asimismo, también se estudia su uso para servicios de agricultura «inteligente» y la detección de plantas en grandes fincas que requieran una intervención individualizada, como riegos en momentos concretos o fumigación. También para detección de incendios o el reconocimiento de zonas afectadas por catástrofes.
Otro uso frecuente de los aviones no tripulados es como juguete: muchos aficionados compiten con carreras en el aire, con cámaras a bordo que permiten grabar espectaculares imágenes.
Las posibilidades de uso de los drones son cada vez mayores pero persisten escollos tecnológicos. Es sólo «cuestión de tiempo» desarrollar una tecnología que permita a estas aeronaves detectar y evadir al resto de aeronaves, según fuentes de la Agencia Española de Seguridad Aérea (AESA).
En una aeronave tripulada, en última instancia es responsabilidad de los pilotos ver y evitar al resto de aeronaves que vuelen por el mismo espacio aéreo, manteniendo una separación adecuada.
Sin embargo, en un dron no existe aún una solución tecnológica aceptable para garantizar esa capacidad de detectar y evitar al resto de aeronaves. Una vez logrado ese reto, el uso de las aeronaves no tripuladas «se expandirá de modo considerable», han añadido las fuentes.
El problema de las baterías
Los dispositivos aéreos no tripulados tipo multirrotor disponen de capacidad de guía para llegar al punto de entrega de la mercancía; sin embargo, la duración de sus baterías es limitada, lo que les impide trayectos de vuelo largos.