Los enormes dinosaurios carnívoros se redujeron de manera constante durante más de 50 millones de años para convertirse en pequeñas aves, aseguran los investigadores.
Durante este periodo, la rama de los dinosaurios terópodos que dio origen a las aves modernas disminuyó inexorablemente de tamaño pasando de ser bestias de 163 kilogramos que vagaban por la tierra, para convertirse en aves que pesan menos de 1 kilogramo, según publica la revista ‘Science’.
La radical transformación comenzó hace alrededor de 200 millones de años y fue probablemente impulsada por el traslado hacia los árboles donde a las criaturas con cuerpos más pequeños y ligeros y otras características, como ojos grandes para la visión 3D, les fue mejor que a otras.
Los científicos unieron las piezas del proceso de contracción sostenida de los dinosaurios después de analizar más de 1.500 características anatómicas de 120 especies de terópodos y aves primitivas.
El árbol de la evolución revela que los ancestros terópodos de las aves modernas se sometieron a 12 disminuciones sustanciales de tamaño que las llevaron a convertirse en Archaeopteryx (un género extinto de aves primitivas), el ave más antigua conocida en la Tierra. La velocidad a la que se desarrollaron distintas características, tales como plumas, alas y brazos oscilantes, fue cuatro veces mayor que las adaptaciones de otros dinosaurios.
“Las aves evolucionaron a través de una fase única de miniaturización sostenida de los dinosaurios”, dijo Michael Lee de la Universidad de Adelaida. “El ser más pequeños y ligeros en la tierra de los gigantes, con la rápida evolución de las adaptaciones anatómicas, les proporcionó a estos ancestros de aves nuevas oportunidades ecológicas, tales como la capacidad de trepar a los árboles, planear y volar. En última instancia, esta flexibilidad evolutiva ayudó a que las aves sobrevivieran al impacto del mortal meteorito que acabó con todos sus primos dinosaurios”, añadió Lee.