La NASA invita a las compañías privadas espaciales a que participen en su iniciativa Catalyst (Cargo Transportation and Landing by Soft Landing), con vistas a concebir y a construir aparatos robotizados para alunizar y que sean capaces de plantar cargas comprendidas entre 30 y 500 kilos.
Según subrayan en la NASA, la agencia no financiará directamente el programa, como lo hace con socios como SpaceX y Orbital Sciences, que trasladan equipos y mercancías a la Estación Espacial Internacional, pero prestará apoyo gubernamental.
“Mientras la NASA continúa su ambicioso programa de exploración para enviar astronautas a un asteroide y a Marte, el desarrollo de nuevas tecnologías en la Luna recaerá en las industrias estadounidenses”, explicaba recientemente Greg Williams, un alto responsable de la agencia espacial estadounidense.
Michael Gold, uno de los ejecutivos de la compañía Bigelow Aerospace, que a finales de 2013 firmó un contrato con la NASA, afirma que la Luna “tiene un gran valor comercial”, en referencia a las importantes reservas de helio 3, un gas raro en la Tierra que podría convertirse en el combustible ideal no contaminante de las centrales nucleares de fusión controlada. Además, subraya que el terreno lunar sería igualmente rico en elementos raros, ya que contiene 17 elementos químicos cuya demanda va en aumento debido a que se utilizan mucho en la electrónica.