«Es muy alentador», dijo el portavoz del Templo Satánico, Lucien Greaves, en una entrevista a la cadena News 9 de Oklahoma. «Recibimos una enorme cantidad de mensajes que comienzan con la advertencia: ‘Saben, yo soy cristiano’. Sin embargo, explican que ellos aprecian lo que estamos haciendo», señaló.
El grupo de satanistas con sede en Nueva York propone adornar el jardín cercano al Capitolio local con una estatua de diablo de dos metros con cabeza de cabra, cuernos, alas y barba, y flanqueado por niños. Con este obsequio a la ciudad, cuya financiación prevé realizar con donaciones de simpatizantes, el Templo Satánico pretende »completar» otro monumento religioso dedicado a los Diez Mandamientos que fue construido en 2009 y aprobado por los legisladores pese a su dudoso carácter constitucional.
Los residentes aparentemente tratan de soslayar la figura de la estatua, apelando a los derechos de igualdad y la no discriminación. «La libertad religiosa es uno de los fundamentos en los que se basa EE.UU. Y no podemos decir a la gente en lo que debe creer y en lo que no debe, sería un camino equivocado», dice uno de los vecinos de la ciudad.
«Creo que Oklahoma se está convirtiendo en un estado progresista, así que creo que esto [la construcción del monumento] definitivamente podría tener lugar», apoya a la idea otro residente, citado por la cadena.
«Hemos recibido un montón de mensajes de personas que dicen que sirvieron o están sirviendo en las fuerzas armadas, y que consideran que estos son los valores por los que han luchado», afirma Greaves.
No obstante, algunas voces siguen desafiando el derecho de adeptos de Satanás de tener su propio monumento en el centro de la ciudad. «Es ridículo si habrá niños pequeños a su alrededor», dice Terry Hill, pastor de la iglesia evangélica local.