Kim Jong-un visitó una unidad del Ejército cerca de la ciudad portuaria occidental de Nampo en la víspera de la Navidad, el día que Kim Jong-il, su difunto padre, fue nombrado comandante supremo del Ejército Popular.
Dirigiéndose a los militares, Kim Jong-un les dio instrucciones de “poner el máximo esfuerzo para reforzar su preparación para el combate”, “siempre teniendo en cuenta que una guerra estalla sin previo aviso”, informa la agencia surcoreana Yonhap citando a la agencia norcoreana KCNA.
Después de reunirse con los comandantes de la unidad, Kim Jong-un subrayó que las Fuerzas Armadas de su país deben recordar el día de la declaración de Kim Jong-il como “gran líder”, porque él convirtió a Corea del Norte en una “potencia militar mundial”.
El 19 de diciembre Pyongyang amenazó con atacar a Corea del Sur “sin previo aviso”, en respuesta a las protestas antinorcoreanas que organizaron en Corea del Sur grupos activistas, entre ellos refugiados norcoreanos. Las protestas se produjeron mientras Corea del Norte conmemoraba el aniversario de la muerte de Kim Jong-il, que se produjo el 17 de diciembre de 2011.