“Me felicito de haber anulado esa licitación, no se puede permitir irregularidades”.
Son las 10:30 de la mañana del 10 de julio del 2013 y con esas palabras, César Acuña Peralta, alcalde provincial de Trujillo, da por finalizada la discusión en la sesión ordinaria de Concejo respecto a la construcción del intercambio vial Óvalo Grau.
La obra, valorizada en 50 millones de soles, había sido anunciada como una de las más importantes de cara a los Juegos Bolivarianos del 2013, cuya sede había sido otorgada a la ciudad norteña en febrero del 2011. Desde entonces, el burgomaestre repetía en apariciones públicas que el llamado bypass del Óvalo Grau, financiado con recursos del gobierno central, mostraría una cara diferente a los miles de visitantes que se esperaban para el magno torneo deportivo.
El sábado 16 de noviembre el presidente Ollanta Humala inauguró los Juegos desde el cemento fresco del Estadio Chan Chan de Trujillo (las obras se entregaron apenas un día antes del evento). Del paso a desnivel del Óvalo Grau no había ni un cartel, sin embargo.
La historia de por qué los trujillanos y sus huéspedes todavía deben conformarse con contemplar la maqueta del óvalo es ilustrativa de cómo la improvisación, el error y la enmienda han sido el signo característico de la organización de los Juegos.
¿Y DÓNDE ESTÁ LA PLATA?
Los 50 millones de soles para la megaobra habían quedado asegurados en teoría en la ley de presupuesto del 2013. En su décima disposición, la norma autorizó al Ministerio de Educación a realizar modificaciones a favor del Instituto Peruano del Deporte, la Municipalidad Provincial de Trujillo (MPT) y la Municipalidad de Huanchaco, para la realización de los XVII Juegos Bolivarianos 2013. También se autoriza al pliego Educación a transferir los recursos para la ejecución del proyecto de inversión pública con código SNIP 189932, es decir, el referido Óvalo Grau.
Creyéndose con el dinero en el bolsillo, la MPT convocó el 14 de enero del 2013 a la Licitación Pública N°001-2013-CE/MPT para la ejecución de la obra. No es sino hasta el 22 de mayo que la Gerencia de Administración y Finanzas de la MPT informó alarmada que hasta la fecha no se había emitido el Decreto Supremo que transfiriera los recursos para financiar el intercambio vial.
¿Qué había pasado con la plata?… La ley establecía que esa asignación de recursos era aplicable solo a proyectos que al 31 de diciembre de 2012 estuvieran en ejecución o con buena pro adjudicada. “La Gerencia de Planeamiento y Presupuesto de la MPT había cometido un error gravísimo, pues había dado el okey al proceso sin tener los fondos”, comenta Luis Bahamonde, periodista trujillano y autor del blog “Información Pública Norte”.
PROCESO IRREGULAR
“A la luz de la ley general de contrataciones del estado ese proceso de selección era nulo”, indica consultado por INFOS el Dr. Juan Carlos Morón, abogado del Estudio Echecopar y experto en Derecho Administrativo. “La disponibilidad de recursos y su fuente de financiamiento es un requisito indispensable para dar inicio a una convocatoria de esa naturaleza”, explica Morón.
No obstante contener este vicio de origen, la MPT continuó con el proceso de licitación y el 16 de junio se adjudicó la buena pro al Consorcio La Libertad, integrado por las empresas Terrak S.A.C., Corporaciones AMC S.A.C y Torres Cámara y CIA de Obras S.A., esta última española con sucursal en Perú.
Solo 10 días después, y alertado por sus funcionarios, Acuña emitió la resolución de alcaldía 537-2013-MPT, por la cual declaraba nulo de oficio todo el proceso de selección. La resolución aludía como fundamento que los fondos del gobierno central no estaban disponibles. Sin embargo, según una fuente que pidió no ser identificada para este informe, también pesó en la decisión del burgomaestre el hecho que el Organismo Supervisor de las Contrataciones del Estado (OSCE) había observado las bases del concurso en función que contemplaban requisitos demasiado específicos para los profesionales propuestos por los postores. Para los más suspicaces esto podía significar que las bases estaban direccionadas para favorecer al Consorcio La Libertad.
“Lo mejor que he hecho es dejar sin efecto esta licitación”, repitió César Acuña en la sesión ordinaria de concejo del 10 de julio.
EL CONSORCIO CONTRAATACA
El Consorcio La Libertad no se quedaría de brazos cruzados: a través de tres cartas notariales conminó a la MPT a dejar sin efecto la resolución y a suscribir el contrato. Ante la amenaza de una acción legal y las críticas por la lentitud en el avance de las obras prometidas para los Juegos, el gobierno central llegó al rescate de la MPT el 3 de octubre, emitiendo el DS N° 254-2013-EF, el cual finalmente autorizaba la transferencia de los 50 millones de soles para financiar la ejecución del proyecto. En sus considerandos se anota que dicha reasignación de recursos públicos tenía como sustento otro Decreto Supremo suscrito por Humala en el 2012 que declaraba de interés nacional la organización de los Juegos Bolivarianos.
De esa manera, dinero que estaba presupuestado para el mejoramiento de infraestructura educativa terminaba en las arcas de la MPT para una obra vial que todavía no tenía fecha de inicio y cuando los Juegos Bolivarianos estaban a menos de dos meses de inaugurarse. Queda para el anecdotario que la construcción de un bypass sería uno de los últimos actos oficiales de la ex ministra de Educación Patricia Salas.
Lejos de retrotraer el proceso a los actos preparatorios y convocar a nueva licitación con el dinero agenciado por Humala, el 11 de noviembre (a solo 5 días de la inauguración de los Juegos) César Acuña firmó una resolución de alcaldía que no solo dejaba sin efecto la resolución del 26 de junio, sino que también validaba el otorgamiento de la buena pro al cuestionado Consorcio La Libertad, por el monto de
S/. 48,018,409.38. INFOS intentó comunicarse sin éxito con la Gerencia General de la MPT y el consorcio ganador para recoger su versión sobre el particular.
“Espero inaugurar este bypass para el 11 de agosto, mi cumpleaños”, dijo el alcalde de Trujillo en la última sesión de Concejo.
OBRAS INCOMPLETAS
Las obras inconclusas de la infraestructura que sí fue utilizada para los Juegos Bolivarianos son un calco a menor escala del accidentado proceso de la obra en el óvalo Grau. El 10 de febrero del 2011 ya flameaba la bandera de la Organización Deportiva Bolivariana en la ciudad de Trujillo. Se proyectaba desde entonces la construcción de la Villa Bolivariana, además de la infraestructura que sería remodelada: las piscinas Olímpica y Gildemeister, el estadio Mansiche y el Complejo Chicago, entre otros.
Tendrían que pasar más de dos años para que se inicien las obras. Si bien el Gobierno Central había declarado los Juegos de interés público, la ley de presupuesto para el año 2012 todavía no contemplaba la asignación de recursos para dichas obras y establecía que tanto el IPD como los municipios involucrados deberían realizar las acciones de mejoramiento y mantenimiento conforme a sus presupuestos institucionales respectivos.
Luis Valdez, Gerente General de la MPT, ya había hecho pública la posición de su institución a fines del 2011: “Si el gobierno central no cumple con asignar el presupuesto requerido no podremos ser sede los Juegos”, declaró. Lo propio había hecho el alcalde pocos meses atrás: “El presidente me ha pedido que ayude al Instituto Peruano del Deporte y al Comité Olímpico Peruano, pero el presupuesto tiene que llegar del gobierno central”, dijo en un acto público.
CONCURSO DE ERRORES
Cuando Humala inauguró los Juegos, ninguno de los cinco proyectos prometidos por la MPT para la realización de las competencias habían sido entregados en su integridad. En octubre el COP informó que la Villa Bolivariana no estaría lista para recibir a los atletas.
La ejecución de esta obra había quedado a cargo de la inmobiliaria Santa Catalina merced un convenio suscrito con la MPT en julio del 2012. Luis Mera Medina, jefe del proyecto inmobiliario, sostuvo para la prensa que el COP también incumplió con los compromisos de edificar algunas instalaciones para los deportistas. Consultado por INFOS, el presidente del COP, José Quiñones, negó esta versión y declaró que no tenía conocimiento de la misma. “Para nosotros lo de la Villa ya es un caso cerrado, si hay algún reclamo que nos lo hagan llegar por escrito”, comentó.
Los casos del Complejo Chicago y la piscina Gildemeister abundan en la comedia de errores: ninguna de las dos obras se entregaron al cien por ciento, pues al elaborar el expediente técnico la MPT incurrió en errores y omisiones que recién fueron subsanados dos meses antes de los Juegos. Estos no solo han tenido un costo de casi cuatro millones de soles adicionales autorizados por nueve resoluciones de alcaldía firmadas entre agosto y noviembre del 2013 sino que los plazos de entrega han tenido que ser ampliados, en algunos casos hasta cinco meses después de que haya partido el último participante de los Juegos. Como consecuencia, casi la mitad de las disciplinas tuvieron que disputarse en la subsede de Lima.
SABÍA QUE...
El polideportivo de Huanchaco no pudo construirse pues el alcalde tuvo que concentrar todos sus esfuerzos en luchar contra un proceso de revocatoria que finalmente perdió.
Las obras del Estadio Chan Chan se entregaron apenas un día antes de iniciados los juegos, sin haberse culminado las del polideportivo adyacente.
Solo 18 de las 54 disciplinas se disputaron en la sede principal de Trujillo