Gary Sherrill asesinó a su hijo en vísperas de Año Nuevo aparentemente bajo los efectos de la droga.
El hombre se encontraba separado de su esposa y se encontraba con el adolescente en su momento de visita. Al ver que las horas pasaban y su hijo no era devuelto a casa, la madre del menor llamó a las autoridades, quienes fueron a al casa de Sherrill y hallaron la macabra escena.
El hecho sucedió en la ciudad de Phoenix, en el estado de Arizona.
El sujeto de 51 años se defendió diciendo que había matado al menor porque «lo veía como un demonio» y que en cualquier momento «podía hacerle daño o comérselo».
Las autoridades señalan que el hombre podría estar bajo los efectos de la droga, síntomas que mostraba claramente, aunque es posible que también sufra alteraciones mentales.
El cuerpo de la víctima presentaba muchos cortes en diversas partes de su ser.
Su madre exige justicia mientras las autoridades investigan el caso.