François Hollande, presidente de la República, ha anunciado oficialmente su ruptura amorosa con Valérie Trierweiler con un brevísimo comunicado en el que se limita a anunciar que ha decidido “poner fin” a sus relaciones con la compañera que hace apenas tres años era calificada de “mujer de mi vida”.
El presidente de la República ha decidido zanjar personalmente el vodevil en curso, tomando la iniciativa de un escueto comunicado con el que “pone fin a su vida en común” con la mujer, divorciada en dos ocasiones, madre de tres hijos, que lo abandonó casi todo para acompañar a Hollande en la recta final de la carrera política que culminó con la mutua instalación en el Elíseo.
Hollande ha publicado su brevísimo comunicado “a título personal, y no como jefe del Estado”. Trierweiler no firma esa “notificación”, una novedad impensable en la historia de las relaciones amorosas de un presidente de la República.
Horas antes, Valérie Trierweiler abandonó la residencia estatal de la Lanterne, en Versalles, para “instalarse discretamente en su residencia particular, de alquiler, en el distrito XV de París”.
Esa noticia marcaba de manera espectacular la “aceleración” del proceso oficial de ruptura entre Trierweiler y el jefe del Estado, François Hollande.
Marcha de la residencia
A media mañana de este viernes, el semanario Journal du Dimanche (JDD) anunció que el presidente y su compañera oficial, hasta el pasado día 10, anunciarían su “ruptura oficial” con un comunicado que haría público el Elíseo.
Horas más tarde, la agencia Reuters publicaba un desmentido oficioso del Elíseo, dejando en suspenso al “ritmo” de la ruptura oficial, negociada durante una “comida de trabajo” de la pareja, el jueves pasado.
Está oficiosamente confirmado que Valérie Trierweiler debiera iniciar este domingo un viaje a la India, para participar en las reuniones de trabajo de una organización humanitaria. Ese viaje debiera durar dos o tres días. Por su parte, el presidente Hollande inicia el lunes que viene un viaje oficial a Turquía.
Según fuentes concordantes y fiables, Trierweiler habría abandonado la Lanterne para reinstalarse en un apartamento de 120 metros cuadrados que ella y Hollande tenían alquilado desde hace años. La instalación de Trierweiler en ese apartamento parece sugerir su alejamiento quizá definitiva del Elíseo, comenzando una ruptura definitiva convertida en inflamable vodevil de Estado.