Crece el número de denuncias sobre trata de personas en Bolivia. Sin embargo, la gran mayoría de los agresores quedan impunes ante la justicia. ¿Por qué?
«Habían pagado por la virginidad de mi hija varias personas, varios hombres, y eran extranjeros. Y ahí le han hecho cosas», contó la madre de una víctima de trata en RT. «¿Por qué? ¿Por qué se tienen que apropiar de vidas ajenas para hacer negocios, estos maleantes? ¿Acaso no creen en Dios?», lamentó.
A los 15 años, su hija fue reclutada por una mujer que le ofreció trabajar cuidando niños. Pero ése era sólo el gancho. La joven acabó vendiendo su cuerpo a hombres que llegaban a Bolivia en busca de sexo con una menor.
Consiguió escapar antes de que la sacaran del país, pero en los cuatro meses que duró su calvario, un cliente la dejó embarazada. Sus captores le practicaron un aborto que casi le lleva a la muerte. De esa tragedia hace ya ocho años y durante todo ese tiempo su madre, de escasos recursos económicos, no ha dejado de luchar para ver a la responsable entre rejas. Según contó la mujer, tuvo incluso que poner su riñón en venta para poder pagar a un buen abogado que llevara el caso.
«Quiero verla en la cárcel. Así dejarían de sangrar estas heridas que tiene mi familia», agregó la madre, que hizo estas declaraciones de manera anónima porque está amenazada de muerte por la organización que captó a su hija.
Afirma que llevaron su caso a casi una decena de investigadores. Tres de ellos fueron asesinados en el intento de descubrir a la jefa de este clan, al parecer, con gran poder en Bolivia.
La corrupción, una de las principales trabas para las investigaciones
En lo referente a «la investigación y al trabajo judicial, la ineficacia es casi total», subrayó el representante del Alto Comisionado para los Derechos Humanos de la ONU, Dennis Racicot, respecto al tráfico de personas en Bolivia.
Yo sólo espero que Dios baje y los aplaste como a gusanos por cada lágrima que hacen derramar a las víctimas
En su opinión, en este problema también juega un papel importante la corrupción «porque este es un tipo de delito que conlleva mucho dinero y que engaña a través de la corrupción a operadores de justicia y, por supuesto, a la Policía del país».
Según las autoridades policiales de Bolivia, sólo en el último año, las víctimas de trata se elevaron a 319 personas,100 más que en 2011. Ha sido el número más alto registrado en los últimos cinco años.
Y mientras la corrupción y la ineficiencia consume el sistema, las víctimas de la trata se sienten desamparadas y cada vez con menos esperanzas.
“Yo ya no creo en la justicia. Yo sólo espero que Dios baje y los aplaste como a gusanos por cada lágrima que hacen derramar a las víctimas», lamentó la madre de la menor secuestrada.
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