La zurda fue la mejor arma del héroe cusqueño. La usó en el momento justo y venció al rival que intentó quitarle la alegría a un pueblo pintado de celeste. Cansado pero lleno de ilusiones, Alfredo Ramúa se echó a llorar al escuchar el pitazo final que lo hizo consciente de que se ganó el título de ‘ídolo’-por lo menos por una semana tras anotar el gol del triunfo de Real Garcilaso en el partido de ida por el play off.
Lejos de asumir la soberbia de aquellos que se denominan superiores, el argentino adoptó, una vez más, la humildad para narrar la historia que explica el brillo de sus ojos. “Me incliné por la zurda porque es una jugada que siempre practiqué con mi viejo. El gol y este triunfo son para él, para mi hijo y para mi familia. Siento que ya estoy con el título bajo el brazo”, dijo el ‘Chapu’, quien en los últimos seis partidos que disputó con la camiseta de la ‘Maquina celeste’ anotó en cinco, y cuatro de esos goles son iguales al que le anotó a Universitario en Espinar. “Es verdad, usé la misma fórmula. Engancho para adentro y le pego con la izquierda. Suelo aprovechar los remates de afuera”, acotó.
Pero la sonrisa de Ramúa hacía presagiar que debía contar algo más. En medio de la algarabía de sus compañeros en camerines, el volante se animó. “Antes de comenzar el partido, me toqué el chimpún zurdo y les dije que haría un gol. Realmente estoy agradecido con Dios por haberme dado la oportunidad de cumplir lo que dije”, expresó para luego reconocer que es la principal pieza de recambio del técnico Freddy García.
“El profe siempre me mete en el segundo tiempo, sabe que en los pocos minutos que tengo en el campo intento aportar o cambiar historias siempre con la ayuda de mis compañeros, sin ellos no soy nada”.
Pero los héroes también saben de duras batallas, de aquellas en las que el rival se hace fuerte. Por eso, Ramúa reconoció que Garcilaso deberá trabajar el doble para enfrentar el domingo a los cremas en el estadio Monumental de Ate.
“Ha sido un año difícil para todo el equipo por la Copa Libertadores y el torneo local, sin embargo, siempre hemos peleado arriba. El primer paso era ganar este partido y lo logramos, debemos trabajar para mejorar los errores”, señaló tras dejarle un mensaje a los hinchas cusqueños. “Este equipo es reflejo de humildad, sacrificio y trabajo. Ahora vamos a Lima por el título”, expresó con el pecho inflado tras haber salvado de la decepción a un pueblo que de a pocos se hace experto en finales. El héroe Ramúa ya está listo para la segunda batalla, esta vez en Lima.