Los mentirosos pueden controlar ciertas expresiones faciales ante el escrutinio, pero no pueden suprimirlas del todo ni todas las veces, muestra un estudio reciente.
Los investigadores anotan que sus hallazgos podrían tener un impacto en el sector de la seguridad.
Para el estudio, los científicos pidieron al azar a 60 personas que mintieran o dijeran la verdad a un interrogador sobre haber sacado un par de entradas de cine de un sobre. Mientras eran entrevistados, se indicó a los participantes que usaran contramedidas conductuales, o que suprimieran ciertas expresiones faciales, como subir las cejas o sonreír.
«Las contramedidas conductuales son las estrategias que los mentirosos usan para controlar la conducta facial o corporal deliberadamente para engañar a los detectores de mentiras», señaló en un comunicado de prensa el coautor del estudio Mark Frank, profesor de comunicación de la Universidad de Buffalo.
A los participantes también se les dijo que serían recompensados si lograban convencer al interrogador de que decían la verdad. También se les dijo que si se descubría que alguien mentía, sería castigado.
Las entrevistas se grabaron para que los investigadores pudieran analizar las expresiones faciales de los participantes fotograma por fotograma. Hallaron que aunque los mentirosos podían minimizar sus movimientos faciales ante el escrutinio, no podían suprimirlos todos.
«Y dado que la parte inferior de la cara (sobre todo la sonrisa) es más fácil de controlar que la parte superior, predijimos que los sujetos reducirían más marcadamente su tasa de sonrisas, en comparación con la tasa de movimiento de las cejas, cuando se les pidió suprimir estas acciones», añadió Frank, «y así fue. Podemos reducir los movimientos faciales cuando intentamos suprimirlos, pero no eliminarlos del todo».
Además, los autores del estudio hallaron que al indicar a los participantes que suprimieran un movimiento facial específico, todos los movimientos faciales se reducían. Los investigadores señalaron que esta respuesta es típicamente mayor cuando una persona miente porque ser deshonesto aumenta la carga cognitiva de la persona, lo que inhibe su capacidad de interactuar con los demás de forma natural y exitosa.
A pesar de esos hallazgos, la mayoría de participantes creía que habían controlado sus expresiones durante la interrogación eficazmente.
«Ya sea que nos enfrentemos a mentirosos muy hábiles y motivados que han practicado su expresión no verbal en escenarios donde había mucho en juego, o a individuos que aprenden de un programa de televisión cómo un movimiento particular de las cejas o los labios supuestamente es una señal característica de la mentira, los hallazgos de este estudio tienen importantes implicaciones para el sector de la seguridad», concluyó Frank.