Tras sobrevivir a un cáncer de riñón y mantener a raya la enfermedad durante dos años, el niño se sometió a un escáner óseo que reveló que había desarrollado un trastorno de la médula ósea como resultado de sus tratamientos anteriores contra el cáncer.
Después de someterse a un trasplante de medula ósea en enero de 2014, Josh desarrolló adenovirus, una infección aguda que puede ser mortal en personas con un sistema inmunológico comprometido. Según explica Foxnews citando a Aimee Hardy, la madre del niño, para impedir que el organismo mate nuevas células el sistema inmunológico del niño debe ser reprimido, lo que “crea las condiciones ideales para que el adenovirus avance”.
Los médicos le recomendaron al niño un tratamiento con Brincidofovir, medicamento antiviral que se ha demostrado que neutraliza el virus en niños en el curso de dos semanas. Sin embargo, Brincidofovir aún no ha sido aprobado por la Agencia de Alimentos y Medicamentos de EE.UU. (FDA según sus siglas en inglés), por lo que Josh no ha podido acceder a la medicación.
Chimerix, la empresa que fabrica Brincidofovir, facilitó a cientos de pacientes acceso de emergencia a la medicación en el pasado, pero hace dos años abandonó esta práctica debido a que prefirieron “centrar los recursos en ganar la aprobacion de la FDA” .
Puesto que la salud del niño sigue empeorando, su familia ha lanzado una campaña para convencer a la empresa de que Josh reciba el medicamento en el marco del programa “uso compasivo”, por medio del cual una compañía farmacéutica puede permitir a un paciente gravemente enfermo acceder a drogas aún no aprobadas.
A pesar de que la campaña ha recabado mucho apoyo entre la opinión pública, la empresa no cambia su decisión y sigue negándole en acceso a la medicación.