Kerri Mascareno lo admite, pero dice que su olor no debería ser razón para impedirle visitar a su hija en la escuela durante lo que podrían ser sus últimos días de vida, según ha informado el portal Politix.
“Que alguien te diga que no puedes estar con tu hija… es muy duro”, dijo Mascareno, que está tomando medicamentos para reducir el tamaño de su tumor canceroso, con la esperanza de que pueda ser extirpado. “[Mis hijos] son el combustible que me mantiene viva”.
Robert Abney, director de la escuela de primaria Tierra Antigua de Albuquerque, supuestamente dijo a Mascareno que “no se le permite venir más a esta escuela”, tras ofenderla diciéndole que se alejara de él por el olor que desprendía.
“Me dijo que sabía que esto heriría mis sentimientos, y que comprende de dónde procede [el olor] porque su madre tuvo cáncer de mama y tenía exactamente el mismo olor. Pero que si yo estaba en la escuela haría que sus empleados enfermasen”, relató la mujer a la prensa local.
El olor que desprende Mascareno se debe la enfermedad que padece, provocado por la ulceración de tejidos que se produce en cánceres avanzados. Algunos pacientes con cáncer también desprenden un fuerte olor a químicos durante la quimioterapia.