La Planta de Aviación de Ulán Ude (Siberia), que es la única empresa en Rusia donde se ensamblan tanto helicópteros como aviones, se ha hecho cargo de aplicar a la aeronave, destinada al Ejército, algunas tecnologías híbridas.
Así, los materiales que se implementan en la construcción de las naves espaciales se unirán en el nuevo diseño con los tradicionales medios de deslizamiento sobre la nieve. En especial, los aislantes térmicos que protegen a la Estación Espacial Internacional del frío orbital se aplicarán al habitáculo del aparato.
«En la modificación ártica instalaremos el chasis de esquí para aterrizar sobre la nieve blanda o terrenos pantanosos», dijo el proyectista jefe de la planta, Serguéi Solomin, al periódico ‘Rossíyskaya Gazeta’.
El Mi-8 modificado contará con una central de energía con potencia de 30 kilovatios, que servirá para la calefacción y al mismo tiempo permitirá a los tripulantes calentar la comida. La instalación de fuerza será perfeccionada de tal manera que facilite continuar el vuelo cuando deje de funcionar uno de los dos motores.
De momento existen decenas de modificaciones del modelo básico del Mi-8 que están adaptadas a distintas condiciones de uso. Entre ellas destacan el anfibio Mi-14 y el aparato modernizado para la exportación Mi-17.