Desde libros y camisetas hasta brazaletes y huevos de avestruz, los objetos relacionados con la figura del fallecido Nelson Mandela se han agotado en los locales comerciales de Sudáfrica, en medio de una incesante búsqueda de miles de personas de algún recuerdo del líder antiapartheid.
Nunca fue muy difícil encontrar en Sudáfrica recuerdos del ex presidente del país, quien ya en vida era reverenciado y calificado como un héroe nacional por su lucha contra la segregación racial.
Sin embargo, la mezcla que existe en la gente entre pena y recuerdos generada tras la muerte de Mandela ha llevado a muchos sudafricanos y turistas a buscar artículos que perpetúen el famoso rostro sonriente del ex líder sudafricano.
En el centro comercial Sandton City de Johannesburgo, Salo Mathen, una maestra de escuela, compró dos camisetas en una tienda de ropa, además de artículos con impresiones de la palma de la mano de Mandela o el «46664», su número de prisionero durante los casi treinta años que pasó en prisión.
«La nostalgia (…) me trajo a esta tienda», dijo Mathen.
Una trabajadora del local dijo que las ventas se han disparado en cerca de un 50 por ciento desde la mañana del viernes.
HUEVOS, PINTURAS, ESCULTURAS
En otras tiendas de recuerdos se habían agotado los huevos de avestruz que tenían pintada la imagen de Mandela, pero aún quedaban algunos pequeños bustos de bronce de una de las personas más influyentes del siglo pasado.
Pese a este éxito de ventas, una vendedora de una tienda de recuerdos de la capital sudafricana dijo que habían decidido no ofrecer camisetas de Mandela.
«No las estamos exhibiendo porque es triste hacer dinero a su costa», dijo.
En las librerías se veían copias de la autobiografía de Mandela, «Long Walk to Freedom» («El largo camino a la libertad»), además de otros libros sobre su carrera política, su encarcelamiento en Robben Island y su histórica elección como presidente en 1994.
En tanto, en una galería que vende trabajos de artistas locales, un cuadro en blanco y negro que representaba a Mandela fue vendido por 7.200 rands (697 dólares). Los clientes también buscaban bustos de bronce del líder, incluyendo uno con su puño en alto, su famoso gesto al ser liberado de prisión en 1990.
«Siempre me ha gustado (Mandela), es por eso que lo estoy pintando», dijo Emaz.
«La mayoría de los políticos hacen que la gente se enfrente, pero él hizo que la gente quiera estar junta».