Su está siendo financiado por el fondo para la innovación entregado por la fundación Bill y Melinda Gates, el mismo que está poniendo dinero para el desarrollo de condones de grafeno y muchas investigaciones que vayan en directo beneficio de la ciencia y la calidad de de las personas.
Este corazón robot está fabricado de un polímero gomoso denominado TangoPlus, y con apenas 2ml de orina humana logró levantar 3.5V en 33 «latidos», todo esto gracias a la adición de una celda de combustible basada en microbios que consumen esta orina y generan energía gracias a sus propia digestión. La conversión de energía todavía es muy baja, pero los desarrolladores están seguros de la viabilidad de este concepto y siguen trabajando para conseguir una versión mejorada que logre rendimiento superior.
El dispositivo es sólo un elemento conceptual, aunque podría llegar a convertirse en el mediano plazo en una pieza clave para el desarrollo de robots autónomos amigables con el medioambiente que usen orina y otros desechos orgánicos para funcionar sin problemas, y — del mismo modo — será un punto de inflexión para encontrar nuevas formas de canalizar y utilizar esta energía «cosechada» de procesos orgánicos de forma no invasiva.
Anteriormente estos mismos científicos presentaron un teléfono móvil conceptual cuya energía era provista por esta misma reacción biológica de microbios que consumen orina.