Esta vez no te despiertas con el pie izquierdo, más bien todo lo contrario, te levantas llena de buenas vibras y lista para empezar el día llena de energías y fuerzas positivas. Te bañas, te cambias, te peinas, maquillas, tomas desayuno y abres la puerta para salir de casa y empezar tu magnífico día.
Pero claro, no todo puede ser alegría, porque en esas 24 horas puede pasar de todo. Esta vez no por nuestra torpeza, más bien por la de los demás.
Que te choquen. Estás de camino al trabajo o universidad y a un desadaptado se le ocurre chocarte. Es de esas cosas que realmente te ponen de mal humor porque sabes que no tienes la culpa. Él se metió, iba a mucha velocidad y en contra. Lo peor es que con los trámites, la policía y demás ya perdiste tu tiempo y eso sin contar lo que te costará reparar el daño de tu auto.
Un mal corte. Vas a la peluquería y le dices al peluquero mil veces que lo único que quieres es que te corte SÓLO las puntas y nada más. Coges una revista y mientras lees y te relajas el tiempo pasa. Al terminar el resultado es todo menos lo que le pediste al inicio al estilista en cuestión. El 90% de tu cabello está en el suelo y al verte al espejo ves a una mujer irreconocible porque el corte simplemente te parece que es un asco. No tienes ni ganas de gritarle al culpable porque sabes que con eso no podrás solucionar nada. Te vas en silencio repitiéndote mil veces “el cabello crece”.
Que te tiren algo encima. Sales con tu mejor ropa de casa porque tienes una serie de reuniones durante el día y debes impresionar con tu imagen. Pero en el camino a alguien se le ocurre tirarte algo en la blusa, obviamente es accidental pero no puedes evitar ponerte histeríca porque lo que debes hacer es buscar otra prenda para salvar la situación.
Que te mojen. En Perú durante carnavales existe la (terrible) costumbre de mojar a las persona que pasan por la calle (sean desconocidas o amigas). Es un juego que viene desde hace muchos años, pero la verdad es que es algo bastante horrible. Porque una cosa es que juegues con tus amigos un domingo y se mojen todos con previo consentimiento y otra cosa es que estés pasando por la calle camino a tu centro de estudios o trabajo y un grupo de niños te vean como blanco para todos sus globos.
Llamadas. Si hay stalkers profesionales esos definitivamente son nuestros queridos amigos de los bancos y las empresas de telefonía. Es como si supieran en que momento del día te encuentras más ocupada y decidieran llamarte para ofrecerte algo que NO te interesa, pero ahí están malogrando tu ocupado día y llamándote un mínimo de 10 veces al día. Los odiamos.