La Corte Suprema de Corea del Norte ha condenado a 15 años de trabajos forzados a un ciudadano de doble nacionalidad estadounidense y surcoreana por un crimen no especificado contra el país, informó la agencia norcoreana KCNA.
Las autoridades norcoreanas había anunciado el pasado fin de semana que Pae Jun-ho, identificado también como Kenneth Bae, debía afrontar un proceso ante la Corte Suprema después de que hubiera admitido haber cometido un delito con el objetivo de «derrocar» al régimen comunista, según indicó Pyongyang.
El estadounidense fue retenido el pasado 3 de noviembre después de entrar en la ciudad de Rason (noreste de Corea del Norte) junto con otros cinco turistas y revelarse pruebas que habrían demostrado que cometió un delito, según el Norte.
Según informó en un breve despacho la agencia norcoreana, el pasado 30 de abril Pae, operador turístico, fue juzgado y condenado por la Corte Suprema del hermético país tras cometer «crímenes contra la República Popular Democrática de Corea (nombre oficial de Corea del Norte)».
No obstante, en el despacho KCNA no se ofreció ningún detalle sobre el delito cometido por el ciudadano estadounidense.
La noticia se produce horas después de que diversos medios adelantaran la posibilidad de que el expresidente de Estados Unidos Jimmy Carter viaje próximamente a Corea del Norte como parte de los esfuerzos para liberar a Pae y calmar la tensión con Pyongyang.
En 2010, Carter ya participó en las negociaciones para liberar a Aijalon Mahli Gomes, un estadounidense al que se le había impuesto una multa de 600.000 dólares y una sentencia de ocho años de trabajos forzados por entrar también ilegalmente en Corea del Norte.
En los últimos años, el régimen de Kim Jong-un ha detenido a diversos ciudadanos estadounidenses, pero en todos los casos fueron liberados tras complejas rondas de negociaciones diplomáticas.
Así, en agosto de 2009, después de una gestión del expresidente norteamericano Bill Clinton, Pyongyang liberó a dos periodistas de Estados Unidos detenidas por entrada ilegal y condenadas a 12 años de trabajos forzados.
Mientras, en mayo de 2011, Pyongyang liberó a Eddie Jun Young-su, estadounidense de origen coreano al que acusó de proselitismo y a quien detuvo en noviembre del año anterior.