1. El ambiente y la compañía
Aunque la comida no esté buena, puedes continuar comiendo dependiendo del ambiente en el que estés. Eso hace, por ejemplo, que las personas coman más palomitas en el cine que en casa.
2. Lo que piden los amigos
¿Sus amigos están pidiendo patatas fritas o ensalada? Esto puede tener un impacto en lo que pidas. “Queremos ir en sintonía con las personas con las quecenamos”, afirma Brenna Ellison, de la Universidad de Illinois.
3. El tamaño
Especialistas descubrieron que el tamaño de la copa tiende a aumentar el riesgo de beber más vino. También el hecho de que la bebida sea servida por una persona (en lugar de la botella reposar en la mesa). Lo mismo ocurre con el plato: tenemos tendencia a llenarlo.
4. Los estímulos externos (la atención)
Comer mientras vemos TV, navegamos por Internet o leemos puede hacer que comamos más porque no prestamos atención a las señales que llegan al cerebro y tardamos más en notar la sensación de saciedad.
5. Luz y sonido
Una luz desagradable, más fuerte, así como música alta pueden estimular a las personas a comer más. Esta es la conclusión de investigadores que afirman que la luz suave en los restaurantes no solo hace comer menos, sino apreciar más la comida.
6. Lo que está a la vista
Es simple: serás más propenso a comer lo primero que ves en la nevera o en el estante. También hay un estudio para avalar esta teoría, por ejemplo, el de la Universidad de Cornell. Tendremos que tenerlo en cuenta a la hora de escoger dónde guardamos las frutas y la “comida basura”.
7. La variedad
Por eso comemos tanto en los buffets libres, donde hay tanta oferta que no sabemos por dónde empezar. Un poco por aquí y otro por allá, acabamos llenando el plato, a veces más de una vez. Concentrarse en una o dos opciones hace más sencillo el controlarse.
8. La ansiedad
Es la causa psicológica número uno de nuestras ganas de comer, hasta el punto de que hay personas que buscan calma o “consuelo” en la comida. Tanto que ya se habla de “adicción a la comida”, algo que los especialistas piensan que no está comprobado y que lo que hay que tratar, como en el caso de muchas otras adicciones, es la ansiedad. Relajación, ejercicio, remedios naturales acupuntura y consejo médico son lo más indicado para evitar el riesgo de sufrir un trastorno alimentario.