Los padres del menor, tras conocer esta triste noticia, vienen realizando una campaña para generar conciencia sobre los peligros que corren los recién nacidos ante el contacto del herpes labial.
El pequeño, a quien llamaron Kaiden McCornick, nació cinco semanas antes de tiempo, pero igual después de tres días fue enviado a casa con sus padres.
Tras contraer la enfermedad fue llevado de inmediato al médico quien les confirmó que era herpes y que sus posibilidades de vida eran casi nulas.
“Cuando me dijeron que era herpes, no lo podía creer. Me preguntaba cómo era posible que un bebé tuviera herpes… Cuando los doctores me dijeron que el virus se transmitía por el contacto directo de una herida, miré a Carl y él instintivamente se tocó el labio. En ese momento, vi que su corazón se partía en dos. Carl se desmoronó”, declaró la madre a The Sun.
Carl sostuvo que aún siente culpa por la muerte del bebé aunque su esposa, que está embarazada otra vez, nunca lo hizo sentir así. Ahora la pareja trabaja muy duro para que exista conciencia pública de los peligros de la exposición de los bebés al herpes labial.