Y las que más frutos secos consumen son menos propensas apadecer un conjunto de factores de riesgo conocido como síndrome metabólico, que está asociado con un aumento del riesgo de desarrollar enfermedad cardiovascular y diabetes.
«Este es otro estudio que prueba la relación entre comer frutos secos, no engordar y tener una baja tendencia al síndrome metabólico», dijo el autor principal, doctor Joan Sabaté, de Loma Linda University, California.
La Fundación para la Investigación y la Educación Nutricional del Consejo Internacional de Frutos Secos (INC NREF, por su nombre en inglés) financió parcialmente el estudio publicado en PLOS ONE.
En un estudio reciente, que respaldó la misma entidad, un equipo halló que los participantes que más frutos secos consumían eran menos propensos a morir en los siguientes 24 años.
El equipo de Sabaté analizó la dieta de 803 hombres y mujeres adventistas del Séptimo Día de Estados Unidos que habían participado en otro estudio y observó que los que más frutos secos consumían (unos 16 gramos por día) tenían un peso apenas por encima del valor normal que los que menos frutos secos ingerían o que no lo hacían y tenían sobrepeso y obesidad.
El rango normal del IMC es de entre 18,5 y 24,9, según informan los CDC de Estados Unidos. Valores entre 25 y 29,9 indican sobrepeso y más de 30, obesidad.
El IMC promedio de los participantes que más frutos secos consumían era de 27, mientras que el de los que comían pocos frutos secos (menos de 5 gramos por día) era de entre 29 y 30. Además, un tercio de los participantes tenía síndrome metabólico, es decir, tres o más enfermedades asociadas con el riesgo de padecer enfermedad cardíaca y diabetes (obesidad, hipertensión, colesterol elevado y gordura abdominal).
Por cada porción de 28 gramos de frutos secos por semana, el riesgo de desarrollar síndrome metabólico disminuía un 7 por ciento.
Jeffrey Blumberg, profesor de nutrición de Tufts University, Boston, y que no participó del estudio, consideró que los resultados coinciden con los de varios estudios previos que habían demostrado los beneficios nutricionales del consumo de frutos secos.