Como parte de su serie de videos independientes Op-Doc, The New York Times y The Sundance Institute, revelaron las crudas condiciones que se viven en los Centros de Rehabilitación para Adictos a Internet en China. Este país fue uno de los primeros en el mundo en reconocer esta situación como un problema médico y tomaron medidas al respecto. A lo largo de los años hemos conocido un gran número de casos en los que han muerto personas durante los maratones de juego que se hicieron populares en ese país, que en ocasiones se extienden por varios días.
Escuchamos los testimonios de jóvenes chinos que se encuentran recluidos en uno de esos centros, donde se aceptan pacientes de entre 13 y 18 años de edad. El impacto emocional mostrado por ellos es tan diverso como las maneras en que fueron ingresados en el programa; algunos están con sus familias y asisten a las terapias juntos, pero otros fueron engañados e incluso drogados, por sus padres y abandonados en la institución.
“Por favor, denle mi carta a mi mamá.”, pide uno de los pacientes del centro durante el video previo (cortesía de The New York Times). El reportero le pregunta qué fue lo que hizo y la respuesta es: “Usé Internet. Mi papá me trajo aquí para ver a un doctor. Pero en vez de eso me dejó encerrado… Me ataron las manos.”
El programa de tratamiento básicamente está diseñado para desprogramar a los jóvenes y librarlos de las garras del juego en línea e involucra sesiones de terapia y medicamentos. Además, los pacientes son sometidos a entrenamiento físico riguroso y su dieta y hábitos de sueño son vigilados de cerca por los encargados del programa.
Los adolescentes son desprogramados en estos centros
La situación no suena muy distinta a la que se vive en otros centros de rehabilitación para jóvenes adictos, la diferencia principal es que en éste, los jóvenes permanecen encerrados en celdas custodiadas por miembros de la milicia china. Según Tao Ran, director del programa, sus técnicas tienen una tasa de éxito superior a 70%. No obstante, los cineastas independientes Shosh Shlam y Hilla Medalla, quienes pasaron más de 4 meses en el centro de rehabilitación, cuestionan la precisión con la que los pacientes son evaluados.
Otra de las preguntas planteadas por los cineastas, quienes presentarán su corto, titulado Web Junkie, en el Festival de Cine de Sundance 2014, es si los padres realmente están evadiendo un problema cuyas raíces podrían encontrarse en el propio núcleo familiar o en problemas de introversión y disfuncionalidad social, y simplemente están usando a Internet como chivo expiatorio.