El boxeador podría ser denunciado por agredir a hampón menor de edad. La joven atropelló a los ladrones que le habían robado.
Hoy dos intentos de asalto fueron frustrados por sus propias víctimas. De un lado, el boxeador peruano Carlos Zambrano evitó que dos delincuentes le robaran autopartes de su vehículo en San Luis. Tres kilómetros al oeste de Lima, en San Isidro, Paola Contreras chocaba con su auto la moto en la que dos delincuentes escapaban segundos después de asaltarla.
En ambos casos las víctimas podrían convertirse en victimarios si los delincuentes deciden denunciarlos por agresión. En el primer caso, Carlos Zambrano luego de percatarse que dos sujetos intentaban robar su auto, persiguió a uno de los ladrones y se enfrentó a golpes con él.
El ladrón es un menor de edad y según contó el propio boxeador un policía le dijo que podría ser denunciado por violencia. Le indicó que no aplicaba la legítima defensa.
“El policía me dijo que yo no lo podía agredir, pero él me atacó primero. Además yo me estoy defendiendo porque él me estaba robando”, dijo.
BUJIAZO
En el cruce de las avenidas Paseo Parodi y Javier Prado en San Isidro, Paola Contreras sufrió el robo de su cartera. Unos sujetos, que iban a bordo de una moto, le habían roto la luna del vehículo con una bujía. En su desesperación la joven avanzó con su auto y embistió a la moto con sus ocupantes.
El auto chocó contra la caseta de policía y uno de los ladrones, que terminó golpeado por el impactó, fue detenido por la policía. Lo más indignante es que el delincuente, que tiene antecedentes por robo, negó la acción delictiva y culpó a Contreras. Incluso dijo que la podía denunciar por atropello.
¿Y LA LEGÍTIMA DEFENSA?
Se trata de una manera de responder a un ataque de manera legítima y amparada en la ley. Permite actuar en defensa de nuestra vida, salud o bienes, pero se deben tener en cuenta la provocación y la agresión, señaló el abogado penalista Vladimir Padilla en una entrevista a El Comercio.
En el caso de la provocación queda claro que quien actúe en legítima defensa no debe haber iniciado la acción. Además, tiene que haber una agresión para poder justificar la legítima defensa.
“Nuestra vida debe estar en peligro. Si el ladrón nos apunta y está frente a nosotros puede aplicarse la legítima defensa pero si el delincuente ya se dio la vuelta y la vida ya no está en peligro el juez puede considerar eso como un abuso o un asesinato”, dijo Padilla.