Tras casi 17 años de estar separados, madre e hijo volvieron a reunirse gracias al Ejército Peruano. Junior G. V. (17) solo atinaba a sonreír y a llorar igual que María Vargas Figueroa, ambos ya se creían perdidos el uno al otro y sin embargo la vida les dio una oportunidad de reencontrarse
La mujer contó que hace 17 años una columna terrorista llegó hasta Valle Esmeralda, donde vivía, y tras matar a sus padres y algunos de sus hermanos, la raptaron y violaron, «Tenía 9 años cuando esto paso, quedé embarazada de mi pequeño y lo tuve entre mis brazos hasta los 6 meses, después de eso me lo quitaron», dijo.
La joven María Vargas permaneció secuestrada por Sendero Luminoso hasta los 16 años cuando escapó. Luego llegó hasta Ayacucho donde el Ejército Peruano la rescató y la envío a Lima.
Ahora en la actualidad, con nueva pareja y otros hijos, recibió la noticia de que las Fuerzas Militares habían hallado a su hijo secuestrado por los terroristas.
Sin pensarlo dos veces llegó desde Pangoa, en Satipo donde ahora vive, hasta la sede de la 31 Brigada de Infantería del Ejército Peruano en Huancayo. Allí no pudo contener las lagrimas al abrazar al hijo que creyó muerto.
Por su parte, Junior contó que vivió hasta los 12 años criado por su tía materna Flora Vargas, alias camarada «Vilma», luego de ello se escapó del campamento Vizcatan donde los tenían, aprovechando el relevo de la guardia.
Dice que conoció a altos mandos de Sendero Luminoso como los camaradas ‘Alipio’, ‘José’, ‘Raúl’ y ‘Gabriel’, sin embrago siempre vivió con temor, aún después de escapar, pues permaneció errante con miedo a que sus antiguos captores lo volvieran a encontrar, hasta que fue hallado por miembros del Ejército Peruano que lo rescataron.
«Estoy feliz de ver de nuevo a mi madre, mi tía me contaba mucho sobre ella, ahora si es que Dios quiere y me aceptan, espero poder ser parte del Ejército Peruano», dijo.