El vecino «firmó un convenio» con el ayuntamiento de la localidad, a unos 200 kilómetros al norte de Montevideo, que «ha hecho todo lo posible por cumplir con una voluntad expresada en vida», explicó a Efe el alcalde de la localidad, Nuber Medina.
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El anciano quiere evitar así que sus sobrinos, con los que mantiene una disputa, hereden la casa, según reveló al diario uruguayo El País.
La casa, valorada en 20 mil dólares, pasará a ser de propiedad municipal tras el fallecimiento de su propietario, que a cambio recibirá un espacio en el camposanto, cercano a los restos de sus familiares difuntos.
El anciano ha comenzado a acondicionar el nicho y aseguró que saber que dispone de un lugar donde descansar tras su muerte le aporta «tranquilidad» para los últimos años de su vida.