La integrante de la banda punk rusa Pussy Riot Nadezhda Tolokonnikova, condenada a dos años de prisión en agosto de 2012 por un delito de gamberrismo relacionado con «odio religioso» tras una ‘oración punk’ en una iglesia, cumplirá el resto de su condena en un hospital debido al empeoramiento de su salud a causa de las huelgas de hambre que ha llevado a cabo contra la sentencia, según ha informado la agencia rusa de noticias RIA Novosti. En noviembre, las autoridades penitenciarias rusas confirmaron que Tolokonnikova había sido trasladada a una prisión de Siberia, poniendo fin con ello a las numerosas especulaciones que habían surgido sobre su paradero. La cantante será liberada en marzo de 2014.
En huelga desde septiembre Tolokonnikova, de 24 años de edad, se declaró en huelga de hambre el pasado mes de septiembre para reclamar su traslado de la Colonia Correccional de la región de Monrovia (al sureste de Moscú), en la que, según denunció, había sufrido amenazas de muerte y unas condiciones de vida inhumanas. Las autoridades carcelarias informaron el pasado 18 de octubre de que la activista había sido trasladada a otra prisión.
La última vez que fue vista por alguien ajeno a las autoridades fue ese mismo día de octubre, cuando recibió una visita de su abogada. Posteriormente, el subdirector de Amnistía Internacional para Europa y Asia Central, Denis Krivosheyev, advirtió de que el caso de Tolokonnikova equivalía a una desaparición forzada.
El pasado 7 de noviembre, la abogada de Tolokonnikova presentó un recurso ante el Tribunal Supremo de Rusia contra la pena de dos años de cárcel a que ha sido condenada su cliente después de recibir el apoyo del Alto Comisionado para los Derechos Humanos de Rusia, Vladimir Lukin, un prestigioso político liberal que fue nombrado Alto Comisionado en 2009 por la Cámara Baja del Parlamento, por recomendación del entonces presidente Dimitri Medvedev. La ‘oración punk’ Tolokonnikova, Ekaterina Samutsevich y María Aliojina celebraron en 2012, junto con otras dos miembros de Pussy Riot, una ‘oración punk’ en la catedral en la que pedían a la ‘Madre de Dios’ que expulsara al entonces primer ministro y actual presidente, Vladimir Putin, del poder. La actuación provocó una fuerte indignación entre los creyentes ortodoxos y las tres activistas fueron condenadas a dos años de prisión en agosto de 2011 por un delito de gamberrismo relacionado con «odio religioso». La pena de Samutsevich fue conmutada en octubre de ese mismo año por libertad condicional. En mayo de 2013, el Tribunal Municipal de Moscú rechazó el recurso de las otras dos y confirmó la condena.