Mientras la mayor parte de la ciudad duerme, ellos trabajan. Ellos son menores de edad y, desde la medianoche hasta las 3 a.m., trabajan para llevarse algo a la boca.
Como muestra Frecuencia Latina, las calles de San Juan de Miraflores se ven tomadas de madrugada por menores, quienes venden caramelos. Pero no todos trabajan para comer en buen estado de salud, algunos se drogan.
Los vemos en toda Lima, incluso en San Isidro, donde hacen piruetas. Las imágenes difundidas por televisión muestran que estos menores no están solos, pues siempre hay alguien de mayor edad que los ronda para quitarles el dinero.