Quien no lo podria imaginar?, la verdad es dificil de creer incluso siendo la fuente dueña de la verdad, es decir que no todo es color de rosas.
El éxito viral del Harlem Shake ha sido por demas decirlo en distintas formas pues arrolladora, se ve ahora videos de amas de casas, niños , clubes de futbol, carceles, locos, orates, ninfos, bueno las lista es larga si sigo, todo tipo de personas han hecho el suyo propio y lo han subido a YouTube, convirtiendo el baile descoordinado al ritmo del dj Baauer en una especie de himno global. Pero según muchos analistas y expertos, este éxito no es casual, sino la consecuencia de una campaña muy estudiada.
El blog alemán especializado en redes sociales Social Media Watchblog ha realizado un interesante análisis del éxito del Harlem Shake, además de elaborar una detallada cronología de vídeos y acontecimientos ocurridos en relación con el Harlem Shake. En el largo artículo que analiza el éxito de este fenómeno, el jefe de la marca de tecnología Belkin, Kevin Ashton, desmonta el mito de la espontaneidad del éxito del famoso vídeo.
Social Media Watchblog apunta a Maker Studios, Mad Decent e IAC como procuradores del éxito viral. Maker Studios gana dinero con vídeos de Youtube y fue el primero en rodar un Harlem Shake profesional que ya lleva treinta millones de visitas, por otro lado, la discográfica Mad Decent es la que lanzó el tema de dj Baauer, por lo que sobra explicar su interés en este éxito. Por otro lado tenemos a IAC, una compañía que lleva varias marcas a través de la web y que fue la primera gran empresa en publicar su propio Harlem Shake. Los intereses están muy claros, y ante un vídeo viral de este alcance las ganancias económicas se multiplican.
Esta situación nos demuestra una vez más que el flujo de beneficio económico sigue yendo hacia los creadores de contratos y no hacia los creadores de contenidos, ya que por mucho que internet parezca un medio libre y en el cual cualquiera puede triunfar de forma independiente, vemos cómo acaban siempre sacando beneficio las grandes compañías que controlan el flujo de información y contenidos.