Una vez el ateo se curó, en vez de darle las gracias a Dios, exigió al hospital 21.000 euros de compensación, alegando que había sufrido un grave “daño inmaterial”, según informa el diario alemán ‘Berliner Zeitung’
El caso, que tuvo lugar en la ciudad de Szczecin, llegó incluso al Tribunal Supremo de Polonia, ante el que el afectado invocó con éxito el principio de que la libertad de conciencia protege también a los no creyentes y que al rezar un sacerdote por él se había violado la suya.
En cualquier caso, la compensación será determinada por un tribunal local.
Tampoco está claro hasta qué punto el hospital sabía que Jerzy R. no era creyente.
En Polonia, como suele ser tradición en otros países católicos, los capellanes recorren las salas de los hospitales dispensando los sacramentos a los enfermos, y, sobre todo, a los que están en coma y corren serio peligro de muerte.