Ese lugar tiene animales en exhibición sin medidas de seguridad y opera presumiblemente de forma irregular como zoológico privado», aseguró Antonio Salerno, padre del menor, quien lamentó que las autoridades no hayan iniciado el proceso que debería desarrollarse, luego de que el 24 de agosto interpusiera una denuncia por lesiones ante la agencia ocho del Ministerio Público del fuero común, unidad 5 de la mesa turística
CIUDAD DE MÉXICO, 15 de noviembre.- Un menor de edad, italiano, fue atacado por un tigre en el interior de un hotel de Cancún, Quintana Roo, a finales de agosto pasado.
Actualmente hay una denuncia por parte de la Sagarpa derivada de este percance.
Esta es la historia:
El italiano Antonio Salerno llegó al hotel Bel Air de la Riviera Maya para vacacionar con su familia. Sin embargo, al momento de registrarse, su hijo, Francesco, de cuatro años, se acercó a una jaula donde se exhibía un tigre. El pequeño fue atacado por el felino, que le destrozó un dedo de la mano izquierda.
El padre de inmediato trasladó al menor a un hospital de Playa del Carmen, Quintana Roo, con la promesa del representante del hotel, Anwar Sánchez Ortega, de que cubrirían todos los gastos médicos, con la condición de que no se presentara denuncia alguna.
No obstante, ante la gravedad de las lesiones en la mano del niño, que requería de varias cirugías reconstructivas, Antonio Salerno decidió presentar denuncia hasta tres días después, por lo que los representantes del hotel suspendieron de inmediato el pago de la atención médica de urgencias.
Actualmente el hombre atiende a su hijo en un hospital de Cancún, donde ya ha sido sometido a dos cirugías para recostruir con injertos su dedo medio, el más afectado, lo que ha representado fuertes gastos a Antonio Salerno, cuentas que se incrementarán ya que los doctores le han indicado que la recuperación de Francesco tardará cuando menos un par de meses.
Presencia de animales salvajes cerca de turistas
El tema de la presencia de animales salvajes como parte de las amenidades del hotel, también ha sido cuestionado.
Ha causado controversia en Quintana Roo ante grupos ambientalistas, que se preguntan cómo es posible que se den este tipo de permisos a empresarios que no tienen control seguro sobre los animales, a quienes, además, mantienen en cautiverio.