Algunos analistas consideran que pese a que EE.UU. e Israel todavía ocupan el primer lugar en la industria, la tecnología del país asiático está avanzando rápidamente y, al parecer, se está preparando para realizar distintas misiones de vigilancia y combate.
La decisión de China de desarrollar y desplegar aviones no tripulados a gran escala muestra la creciente sofisticación de sus fuerzas militares y podría desafiar el dominio militar de EE.UU. en la región Asia-Pacífico. También podría elevar la preocupación por parte de algunos de sus vecinos con los que tienen disputas territoriales, especialmente con Vietnam, Japón, India y Filipinas.
Según las autoridades chinas, sus drones son capaces de transportar bombas y misiles, así como de realizar misiones de reconocimiento, lo que podría convertirlos en armas bastante peligrosas en un conflicto fronterizo.
«China está siguiendo el precedente establecido por EE.UU. Son un gran país con intereses de seguridad nacional», opina Siemon Wezeman, investigador principal en el programa de transferencias de armas en el Instituto Internacional de Estocolmo de Investigación para la Paz en Suecia. «La justificación de un posible ataque por parte de Beijing sería su responsabilidad por la seguridad de sus ciudadanos», agregó.
El informe divulgado el pasado mes de marzo indica que «el Ejército Popular de Liberación de China dispone de una de las flotas más amplias de drones en el mundo» y además los aviones no tripulados militares del país ya se encuentran en la primera línea en sus disputas territoriales con las naciones vecinas, como Japón, y realizan patrullas sobre las aguas de las zonas en litigio.