La escuela de secundaria ubicada en Malasia, tuvo que ser cerrada provisionalmente luego de que durante varios días se haya apoderado de ella una histeria generalizada. El origen de la psicosis se debe a una ‘figura negra’ captada por una cámara y presencialmente por la gran mayoría de alumnos.
Desde el lunes 11 de abril varios estudiantes afirman haber visto un fantasma. Medio centenar de alumnos y once profesores dicen lo mismo dos días más tarde, según el director de la escuela, situada en la ciudad de Kota Bharu, publicado por Free Malayasia Today.
Luego de suspenderse las clases el jueves pasado, las autoridades locales llamaron a la escuela a un grupo de expertos islámicos tradicionales en oraciones y ritos de exorcismo.
Pese las medidas, el miedo no ha abandonado el centro educativo y sus habitantes siguen obsesionados con los aterradores hechos vividos por los alumnos y maestros.
Una de las docentes contó cómo sus manos se hacían muy pesadas y un alumno describió haber visto la figura caminar en el techo cabeza arriba. Otra profesora describió que el espectro intentó entrar en su cuerpo y que solo citar pasajes del Corán le permitió salvarse de esa situación.
Muchas veces los colegios suspenden sus clases por motivos de fuerza mayor que, casi siempre, tienen relación directa con desastres naturales. Sin embargo, en Malasia se cerró una escuela por un motivo que podría dar risa a muchos. Y es que alumnos y maestros aseguran que un espíritu maligno apareció en las instalaciones del centro educativo, causando pánico en los presentes.
Todo sucedió la escuela SMK Pengkalan Chepa 2, en la localidad de Kota Bharu, donde niños y adultos sufrieron un ataque de histeria el 11 de abril pasado con la aparición de una figura lúgubre asociada con el vampirismo de la cultura popular local. Por tal motivo se dispuso que el colegio cerrara por tres días mientras los chamanes de la zona ‘limpiaban’ el lugar.
Pero el asunto no quedó ahí ya que el domingo 17 de abril se registraron ocho nuevos casos de apariciones. Además, alumnos de otras escuelas de la misma localidad manifestaron que habían vivido las mismas experiencias.
«El espectro era tan feo que me dio un ataque y me sentí paralizada, como si me estuviese presionando una fuerza invisible. En ambos casos me desmayé durante varias horas. La experiencia me dejó tan marcada que ahora llevo a una amiga cada vez que voy al baño», contó Fatin Nor Atikah, de 17 años.