El papa Francisco y el presidente de Bolivia, Evo Morales, intercambiaron ayer varios regalos en el Palacio de Gobierno de La Paz, entre ellos una cruz formada con una hoz y un martillo y el “Libro del Mar” entregados por el mandatario.
El intercambio se realizó tras la reunión privada que celebraron durante casi media hora en el Palacio Quemado.
Francisco comentó que lo suyo era “más sencillo” que lo que recibía del mandatario.
Morales le entregó la máxima condecoración de Bolivia, el Cóndor de los Andes, y la distinción Luis Espinal, que fue creada para reconocer a quien profese una fe religiosa y se destaque por defender a los pobres, los marginados y los enfermos.
Además, le entregó el tallado de una cruz formada con la hoz y el martillo, que es una reproducción de una que hizo el sacerdote jesuita español Espinal, asesinado en 1980 por paramilitares por su compromiso con las luchas sociales en Bolivia, y a quien Francisco dedicó el miércoles un homenaje cerca del lugar donde hallaron su cadáver.
Asimismo, el pontífice recibió el “Libro del Mar”, que es un documento que resume los argumentos históricos, diplomáticos y jurídicos que ha usado Bolivia para demandar a Chile en la Corte Internacional de Justicia (CIJ) de La Haya.
La demanda busca que la CIJ obligue a Chile a negociar con Bolivia una solución para la restitución de la salida al Pacífico que perdió Bolivia en una guerra en 1879.
Francisco también recibió un cuadro que representa a la Virgen del Socavón, patrona de los mineros, elaborado con el grano de quinua, un alimento andino cuyas virtudes promociona Bolivia.
Morales también le regaló una fina vestimenta adornada con motivos de las culturas andinas bolivianas y una biografía suya.
Por su parte, Francisco obsequió a Morales un mosaico que reproduce el célebre icono Salus Populi Romani, que desde el año 1611 ocupa la magnífica capilla Paulina de la Papal Basílica de Santa María la Mayor.
Además, le entregó la reciente encíclica “Laudato si” (“Alabado seas”), su primer documento pontificio sobre ecología.
Tras salir del Palacio, Morales y Francisco caminaron juntos unos veinte metros hasta la catedral, donde el pontífice hizo un discurso antes instituciones de la sociedad civil.
La multitud reunida ante el Palacio de Gobierno pedía que Francisco y Morales salgan al balcón, pero no ocurrió.