Miles de trabajadores de Bangladesh marcharon el miércoles por el centro de Dacca para conmemorar el Día del Trabajo, exigir más seguridad laboral y pedir la pena de muerte para el propietario de un edificio de talleres de confección que se derrumbó la semana pasada, el peor desastre industrial del país, con un saldo que ya superó los 400 muertos y dejó unas 2 mil 500 personas heridas.
Una procesión estridente de trabajadores a pie, así como en camionetas y motocicletas, se abrió paso por el centro de Dacca.
Ondeaban banderas nacionales, tocaban tambores y coreaban «¡Acción directa! ¡Pena de muerte!»
Mediante un altavoz colocado en la parte trasera de un camión, un participante habló por el grupo:» Mi hermano ha muerto. Mi hermana ha muerto. Su sangre no será en vano».
Las marchas del Día del Trabajo en esta nación empobrecida del sur de Asia son habitualmente una oportunidad para que los trabajadores expresen sus quejas, pero las de este año tuvieron un significado especial después de la catástrofe del 24 de abril, cuando el edificio Rana Plaza de ocho pisos, construido ilegalmente, se derrumbó en este suburbio de Dacca, destruyendo cinco fábricas de ropa en su interior.
Aumentan los muertos
La cifra de muertos alcanzó 402 el miércoles -con 399 cuerpos recuperados de los escombros y el deceso de tres heridos hospitalizados, dijo la Policía-, pero podría aumentar a medida que se hallan más cadáveres.
Fue el peor desastre que haya registrado la industria del vestido de Bangladesh, que factura 20 mil millones de dólares al año y suministra mercancía a minoristas mundiales. La nueva tragedia superó otra en noviembre, cuando un incendio en una fábrica de ropa dejó 112 muertos.
La Policía tiene detenido al propietario del edificio, Mohammed Sohel Rana, quien está siendo interrogado. Se espera que sea acusado de negligencia, construcción ilegal y de obligar a los obreros a trabajar más allá de sus turnos, lo que se castiga con un máximo de siete años de cárcel. Las autoridades no han dicho si añadirán cargos más graves.
Los trabajadores, sin embargo, exigieron el miércoles la pena capital para Rana, de 38 años de edad y político del gobernante Partido Liga Awami.
«Quiero la pena de muerte para el dueño del edificio. Queremos salarios regulares, aumentos y definitivamente queremos mejor seguridad en nuestras fábricas», dijo Mongidul Islam Rana, de 18 años, quien trabaja en una fábrica de confección que no estaba en el edificio Rana Plaza.
Rana tenía permiso para construir un edificio de cinco pisos, pero añadió tres ilegalmente. Cuando aparecieron grietas enormes en la construcción, un día antes de que se desplomara, Rana dijo a los inquilinos que el edificio era perfectamente seguro y que debían volver a trabajar el día siguiente.
Altos funcionarios de la Unión Europea dijeron que contemplan tomar acciones, como cambios en el acceso libre de aranceles y libre de cuotas del que ha gozado Bangladesh al gigantesco mercado de la UE, a fin de «incentivar» a la industria del vestido de Bangladesh para que sea más responsable con sus obreros.
Catherine Ashton, jefa de asuntos exteriores de la UE, y su comisario de Comercio, Karel De Gucht, emitieorn un comunicado en el que exhortaron a las autoridades de Bangladesh para que actúen de inmediato a fin de garantizar que las fábricas nacionales cumplan con las normas internacionales del trabajo.