Cuando falta una semana para que se cumpla el 16 aniversario de la muerte de Diana de Gales en París, Scotland Yard evalúa la credibilidad de datos nuevos que resucitan los fantasmas sobre las circunstancias que rodearon su fallecimiento.
El 31 de agosto de 1997 un Mercedes conducido por el chófer Henry Paul, en el que viajaba Lady Di y su entonces pareja, Dodi Al Fayed, se estrelló contra un pilar del túnel de la plaza del Alma de París.
La muerte de Diana cuando huía del asedio de los paparazzi no solo dejó huérfanos a los príncipes Guillermo y Enrique, nietos de Isabel II de Inglaterra e hijos de Carlos de Inglaterra, sino que dio lugar a todo tipo de teorías especulativas que hablaban de asesinato.
Cuando el asunto parecía cerrado, el pasado 17 de agosto la Policía Metropolitana de Londres emitió un sorprendente comunicado en el que informaba de que evaluaría la «relevancia y credibilidad» de nuevas informaciones recibidas acerca de la muerte de la llamada «princesa del pueblo».
Sin detallar la procedencia de los datos, Scotland Yard dijo que intenta determinar «el alcance de la información recientemente recibida en relación con las muertes y evaluar su relevancia y credibilidad».
El canal de televisión Sky News apuntó a la policía militar (Royal Military Police) como responsable de pasar esa nueva información a la Met después de que llegaran a sus manos datos de los exsuegros de un antiguo soldado británico.
Según esa versión, ese militar escribió a su entonces esposa y aseguró que las muertes de Diana, Dodi y su chófer fueron «planeadas» y «encubiertas» por miembros del Ejército británico, si bien ningún portavoz de la casa real ha hecho comentarios al respecto.
El comunicado fue magnificado por los tabloides británicos, que han tratado de reavivar un asunto que llevaba años zanjado y que, por el momento, no suscita demasiada credibilidad, sin que se hayan pronunciado las autoridades británicas.
La policía ha enfatizado que no se trata de «una revisión de la investigación y no se enmarca dentro de la Operación Paget», que analizó las teorías sobre la supuesta conspiración alrededor de la muerte de Diana, como denunció durante años el padre de Dodi, el empresario Mohamed Al Fayed.
En diciembre de 2006, un informe enmarcado en esa operación policial llegó a la conclusión de que no existían pruebas que apuntaran a la posibilidad del asesinato, a la misma que llegaron los investigadores franceses.
Otra investigación judicial abierta en el Reino Unido en 2007 responsabilizó de lo ocurrido al estado de embriaguez en el que conducía Paul y culpó a los fotógrafos que perseguían al vehículo de Diana.
Con todo, la policía ha insistido en que agentes del comando de operaciones criminales de las fuerzas de seguridad británicas «realizarán la evaluación» de los nuevos datos.