A raíz de un llamado que el Papa Francisco hizo a unestudiante que había dejado una carta en su residencia en el Vaticano, el el diario italiano Corriere della encargó la preparación de un manual de como contestar un llamado telefónico del líder de la iglesia católica
Esto porque no es poco común que Jorge Bergoglio haga llamados a los fieles:
-Al quiosquero que le proveía los diarios en Buenos Aires para cancelar su cuenta
– A los fieles reunidos en vigilia en la catedral, a amigos en el día de sus cumpleaños,
-Al gobernador de una provincia inundada, a sacerdotes para interiorizarse por su salud,
-A un italiano que perdió a su hermano en un hecho criminal y que le escribió comunicándole su pérdida de fe
Hay muchos más casos de este tipo de llamados por lo que el diario italiano preparó el siguiente manual para cosntestar una llamada del Papa.
A. El papa Francisco es quizá de las últimas personas que llaman a un número fijo. Por lo tanto, si suena el teléfono de casa, prepárense.
B. Aunque el Santo Padre proponga el tuteo, mantengan el ‘usted’. Evitar diminutivos como Fran o Paco, porque es inoportuno. Tampoco exclamar ¡Su Santidad! Porque es una obviedad, y no caer en apelativos complicados y/o académicos como ‘Sumo’, ‘Magnífico’, Mega-galáctico’.
C. Escuchar, antes de hablar. No introduzcan argumentos.
D. No tengan miedo de ser normales: la ligereza es un don para el papa Francisco.
E. No hablarle de los problemas recientes en el Vaticano: él no tiene la culpa y, ciertamente, ya ocupan muchos de sus pensamientos. Si la charla derivase a los animales, prohibido hablar de ‘cuervos’.
F. El papa Francisco tiene sentido del humor. Díganle que eso es una bella cosa, porque la ironía es hermana de la misericordia: permite sonreír y perdonar las imperfecciones del mundo.
G. Denle saludos para Benedicto, eso le gustará.
H. No pidan nada práctico: el Papa es un hombre importante, pero no es un asesor. Si buscan recomendaciones, permisos, concesiones y facilidades, el Pontífice se arrepentirá de haber llamado a un italiano.
I. No terminen ustedes la conversación. Dejen que sea el Pontífice el que decida cuando despedirse. Si la ‘mamma’, la mujer o el marido, desde la cocina, gritan: ‘¡Vamos, moviéndose, ya está la comida, colguemos ese teléfono!’, ignórenlos.