Desafiante. La situación caótica del transporte público urbano en el Perú, especialmente en Lima, inspiró a Luis Gutiérrez, secretario general de la Asociación Latinoamericana de Sistemas Integrados y BRT (SIBRT), a lanzar una propuesta de transformación que involucraría una inversión de US$ 5,751 millones, entre unos 5 y 7 años.
Según el exviceministro de Transporte, el Perú no tiene una política nacional urbana, ya que esta no representa un derecho social entre todos los habitantes como la educación y saneamiento.
“Mientras no haya una estructura social sistémica del transporte, no habrá un cambio. Debe haber una accesibilidad universal a través de vasos comunicantes”, agregó.
Los ‘vasos comunicantes’ funcionarían, según Gutiérrez, como redes integradas de transporte público y elementos vertebradores de redes multimodales, que permitirían un acceso de ‘puerta a puerta’. De tal manera, un ciudadano debería acceder a tal vía a no más de 300 o 400 metros de su casa.
“Las vías potenciadas con corredores de transporte masivo de alto rendimiento como el Metropolitano o el Metro de Lima no bastan, ya que debe incorporarse un sistema integrado. Esto no es el ‘invento de la pólvora’ porque otras ciudades de la región ya lo aplican”, sostuvo.
La ciudad modelo de Brasil en desarrollo urbano sostenible es Curitiba, y este servirá como ejemplo a la próxima Cumbre que se desarrollará en Lima del 6 al 8 de agosto con objeto de suscribir una declaración en la que se identifiquen los principales desafíos, obstáculos y estrategias políticas del transporte urbano.
Gutiérrez declaró que la inversión de más de US$ 5,700 millones en las doce ciudades más grandes del Perú, que representan el 50% de la población nacional, involucra inversión pública en infraestructura, en flota y equipamiento tecnológico, en gestión pública, mitigación social y gestión de riesgos, y regulación del ingreso tarifario promedio.
El último punto resaltó el exviceministro porque “no se puede integrar un sistema de calidad y cobertura universal financiándose solo con la tarifa”.
Según Gutiérrez, la calidad y cobertura son caras, y la seguridad cuesta dinero, por ello, no se puede financiar solo con la tarifa, porque costaría mucho.
“Tal tarifa debe ir acorde a los demás beneficios y alcance de tales. Para ello, el Estado debería plantear un subsidio que permita honrar ese derecho social con calidad y cobertura. En consecuencia, se ‘cuida’ una tarifa y no se perjudica a los sectores de bajos ingresos”, declaró.
Asimismo, -agregó- esa tarifa debe ser competitiva frente a otros tipos de transporte como el carro particular o la moto. “La brecha entre costos y tarifas debe ser cubierta por recursos como en otros sectores: salud, educación y seguridad”, acotó.
“Es un acto de incomprensión política”, así definió Gutiérrez la labor del Estado ya que no destina los recursos pertinentes a un transporte urbano de calidad.
El exviceministro dijo que una familia usaría el 62% de sus ingresos para movilizarse. En consecuencia, no lo hace y no ejerce su derecho a la movilidad, entonces ¿dónde está el derecho social de la población? Se pregunta Gutiérrez.
Su Plan de Transformación representaría un 70% de inversión privada (US$ 4,026 millones) y un 30% de inversión pública (US$ 1,725 millones), por lo que la participación de las Asociaciones Público-Privadas sería crucial.
“Esta iniciativa representa una sustitución de toda la flota de doce ciudades del Perú, además de una estructuración del sistema tecnológico y autoridades con suficientes recursos, así como con capacidades técnicas y humanas”, acotó.
Cifras y datos:
Según el Plan de Transformación de Luis Gutiérrez, la inversión total en Lima y Callao sería de US$ 3,740 millones, mientras que para las demás ciudades como Arequipa, Trujillo, Chiclayo, Piura, Iquitos, Cusco, Chimbote, Huancayo, Tacna, Juliaca e Ica, el monto oscilaría entre US$ 93 y 331 millones.
La partida que representaría una mayor inversión en Lima sería inversión en flota y equipamiento tecnológico con US$ 2,380 millones.