Esta foto es quizá una de las más impactantes de los últimos bombardeos israelíes en la Franja de Gaza: Abdul Rahman Al-Batsh, un niño de Gaza, llora desconsoladamente al conocer la muerte de 18 miembros de su familia.
«Primero cayó un misil. Después los F-16 lanzaron dos bombas», cuenta el niño, que se salvó porque estaba con su tío a varios cientos de metros del lugar. «Mi padre y mi familia estaban visitando a mi tía. Pensaban que allí estarían fuera de peligro», relató al canal británico Itv.
El niño iba a la misma escuela en la que su padre era profesor. «Me enseñaba en la escuela. Yo estudiaba bien, sacaba buenas notas. ¿Quién va a enseñarme ahora?».
El resto de la familia de Abdul Rahman niega tener relación alguna con Hamás y el niño jura venganza: «Creen que nuestra vida no vale nada. Son asesinos, inhumanos».
La espiral de violencia desatada en la última semana tras el secuestro y asesinato de tres jóvenes israelíes (de los que Israel responsabiliza a Hamás) se ha cobrado la vida de, al menos, 200 palestinos, en su mayoría civiles.