Quienes se oponen al proyecto el cual, según analistas, tiene pocas posibilidades de ser adoptado afirman que representa un retroceso en materia de derechos de la mujer y que podría agravar las tensiones entre diferentes confesiones del país.
Sus detractores subrayan que uno de sus artículos permite a las niñas divorciarse a partir de los nueve años de edad, lo cual significa que se podrían casar antes de esa edad, y que otro prevé que una mujer tenga la obligación de tener relaciones sexuales con su marido cuando éste se lo pida.
Según un estudio de 2013 del grupo de investigación estadounidense Population Reference Bureau (PRB), en Irak, un cuarto de las mujeres se casan con menos de 18 años de edad.
“Este proyecto de ley es un crimen humanitario y una violación de los derechos de los niños”, declaró Hanaa Edwar, quien dirige la asociación Al Amal (“esperanza” en árabe).
Los partidarios del proyecto de ley afirman que el texto sólo regula prácticas que ya existen.
No obstante, analistas consideran muy improbable que el parlamento iraquí vote este proyecto y afirman que se trata de una maniobra política.
Así, el primer ministro chiita Nuri al Maliki podría estar intentado dejar abierta la posibilidad de una alianza con Fadhila luego de las elecciones, las cuales, se piensa, no brindarán mayoría parlamentaria absoluta a ningún partido.