Tras casi dos horas y media de show, el cantante se llevó los máximos galardones entregados por el «Monstruo» (público) que no paró ni un instante de corear las canciones del puertorriqueño.
En uno de los intermedios, Ricky Martin se dio el tiempo de entregar un mensaje de paz para el mundo y, particularmente, para los venezolanos, esto en el marco de las revueltas sociales en dicho país.
El puertorriqueño entró al escenario del anfiteatro vestido totalmente de blanco, pero cambió en tres ocasiones rápidamente su look para culminar su show vestido completamente de negro. Así mismo, sorprendió a sus fanáticas al utilizar el cajón peruano para una de sus canciones.
Martin cerró su presentación con los gritos de sus alocadas fanáticas, quienes pedían de vuelta en el escenario al famoso intérprete.