Según el estudio publicado en la revista Meccanica, un terremoto de 8,2 grados ocurrido en la antigua Jerusalén en el año 33d.C. pudo haber provocado la aparición de la imagen en la Sábana Santa de Turín, que muchos creyentes consideran que envolvió el cuerpo de Jesús.
Los científicos, del Politécnico de Turín, creen que la radiación de neutrones causada por el seísmo pudo dejar “impresa” la figura en la tela de lino y que la datación por carbono 14 realizada en 1988 y que dice que el tejido es mucho más moderno puede estar equivocada por el mismo motivo.
El año 1988 los laboratorios de Oxford, Tucson y Zurich publicaron los resultados de los análisis efectuados con el método del carbono 14 a tres muestras de la sábana de unos 50 miligramos cada una, datando el tejido entre los años 1260 y 1390.
Otros investigadores han sugerido que el sudario es mucho más antiguo y que el proceso de datación es incorrecto debido a la radiación por neutrones, un proceso que resulta de la fusión o la fisión nuclear y durante el cual se liberan neutrones libres que reaccionan con los núcleos de otras moléculas estables para formar nuevos isótopos de carbono.
Quienes así piensan consideran que remiendos en la tela, la exposición al fuego (un incendio en 1.532 obligó a remendar la sábana), sustancias químicas o agentes radiactivos pueden falsear los resultados.
La Sábana Santa, una pieza de lino de 4,32 metros de longitud y 1,10 de anchura, muestra la parte frontal y dorsal del cuerpo de un hombre con barba. Apareció en la localidad francesa de Lirey a mediados del siglo XIV, propiedad de Geoffroy de Charny. Fue presentada como la mortaja de Cristo.