Hablar mal de ti misma. Algo que ellos odian de verdad es que una mujer se critique todo el tiempo, que diga que nada le sale bien, que siempre esté hablando de sus errores y no se fije en sus virtudes. Ellos siempre van a apoyarte, pero es irritantes que todo el tiempo busques su aprobación.
Reproches. Con ellos el sarcasmo y las frases en doble sentido no funcionan. Si quieres decir algo lo dices, ellos te van a escuchar, pero dilo de frente y sin andar por los rincones rumiando lo que piensas/esperas de ellos.
Claridad. Esto tiene que ver con el punto anterior, si hay algo que te molesta sólo tienes que decirlo, porque cuando tu dices que “no te pasa nada” ellos piensan que todo está bien. No son adivinos y nunca tendrán el poder ver lo que piensas sin que se los digas.
“Princesita”. Desde pequeñas nos han metido el “bichito” de que las mujeres somos una especie de damas en peligro esperando ser rescatadas. Es verdad que a veces nos gustan los detalles y ser consentidas en momentos especiales, pero hay mujeres que viven eternamente pensando que son una especie de Cenicienta. A los hombres les gusta hacernos sentir especiales, pero les resulta totalmente molesto que no podamos hacer nada por nosotras mismas.
Mejor amiga. Tu pareja es tu compañero, tu aliado, esa persona especial con la que quieres compartir tu vida y los momentos especiales. Pero ojo, eso no significa que haga el “papel de la mejor amiga” y quieras que te acompañe a la peluquería o de compras. Ellos odian estas actividades.
Madre adoptiva. Las mujeres son maternales por naturaleza y a veces esto puede ser un problema. Él ya tiene una mamá que lo crió, cuidó y le enseñó los valores de la vida. Tú ya no tienes por qué tratar de “educarlo”, no tienes por qué hacerle una dieta alimenticia, ni fijarte que esté abrigado antes de salir. No son niños, son adultos y odian ser controlados.