A los 10 años, el turco Sultan Koser ya destacaba por su estatura, y no paraba de crecer. Debido a esto fue sometido a una tomografía en la cual descubrieron un tumor que presionaba su glándula pituitaria, lo que ocasionaba el aumento de su talla.
Fue operado para disminuir el tumor, lo que permitió que se estancara su descontrolado crecimiento. La intervención lo dejó en dos metros y 51 centímetros.
Poseedor de dos récords mundiales aparte del de altura, manos (27,5 cms) y pies (37,5), siempre soñó con poder encontrar el amor. Según informó el diario ABC, llegó a pedir el 2009 una “novia de 1,85, sin tacones, guapa, rubia, culta y simpática”.
El último fin de semana, este interminable hombre logró su sueño, cuando pudo caminar con su bastón hasta el altar y casarse con la que considera es el amor de su vida. Su novia posee la no despreciable medida de 1,75 metros.