Según la agencia de noticias japonesa Kyodo, el submarino perdido estaba amarrado por medio de un cable especial al barco de investigación Nichinan, cuya tarea consistía en recabar información sobre la temperatura del agua, así como otros datos que pudiesen ayudar a detectar la presencia de submarinos extranjeros en aguas japonesas.
«El Ministerio ha ordenado la creación de una comisión especial para aclarar las circunstancias de la desaparición de la nave», dijo el ministerio de Defensa de Japón. Según los militares, no existe riesgo de que datos caigan en manos de terceras personas, debido a que estos no se conservan a bordo del submarino.
El submarino, de 3 metros de largo, pertenecía a la clase de los llamados drones submarinos que pueden funcionar sin la presencia de personas a bordo.