Mientras unos fingen tener refriado, dolores reumáticos, entre otros casos enfermizos, todos buscados como excusa para no presentarse a trabajar. La joven japonesa lo hizo diferente, la misma fingió haber sido robada.
La chica fue encontrada atada con sogas y cinturones que rodeaban su cuerpo, el hecho sucedió un lunes, la mujer fue transportada rápidamente al hospital, donde la ingresaron enseguida a la sala de internamiento. Los médicos la revisaron y no encontraron ningún daño en la muchacha, pero acordaron con los militares que la misma había sido víctima de un asalto.
Luego de que la mujer fue encontrada en un estado normal por los médicos, éstos decidieron darle de alta. El día de la de alta, fue el día miércoles. Pero sucede que la policía se enteró de algo que no se había dado cuenta. Los mismos descubrieron que la vivienda en donde reside la joven no existía ningún tipo de rastros de que lo sucedido fuera un robo. Las puertas no habían sido forzadas, no encontraron ventanas rotas, ni ningún otro tipo de señales raras.
La prensa de Japón consternada con lo sucedido, se dirigió a entrevistar la mujer, donde consiguieron obtener esta información: ¨no quería ir a trabajar así que, como excusa, me até a mí misma¨, expresó la mujer delante de los periodistas y la policía. La misma no salió libre de todo, ya que se comentó que la policía la regañó y es posible que enfrente cargos en la corte.
Sin embargo, el miércoles, cuando fue dada de alta en el hospital, la policía se dio cuenta de un dato muy particular: no había señales de que nadie haya entrado a la fuerza a la casa de la joven. No había ninguna cerradura forzada ni ventanas rotas.