Con un uniforme de trabajo, un fotocheck con su nombre y una gran sonrisa, Iniesta atendió con eficacia a los que acudían a dicho establecimiento en busca de diversos dispositivos electrónicos como tabletas, celulares, entre otros.
Con ayuda de cámaras ocultas el hecho fue captado y luego viralizado a través de las redes sociales.
Iniesta no ocultó su identidad en ningún momento, llevando su nombre en el pecho y tratando a todos con mucha familiaridad, señalando que estaba allí para reemplazar a un amigo.
Lo curioso es que casi todos los reconocieron, salvo una señora que lo confundió con un actor de televisión. Poco después los cajeros le contaron a la mujer que él era futbolista.